Treinta años después de que Anguille obtuviera por azar el dominio territorial .ai, la pequeña isla del Caribe vive un “Eldorado” digital impulsado por la fiebre de la inteligencia artificial. Lo que en 1995 comenzó como un simple ccTLD —similar a .es o .mx— hoy se ha convertido en un activo fiscal y de marca con alcance mundial: Perplexity.ai, x.ai, google.ai y miles de proyectos menores han adoptado estas dos letras como apodo oficial de la IA.
Este fenómeno resulta doblemente revelador. Por un lado, demuestra cómo la semántica de un dominio puede redefinir su demanda (de “Isla Anguille” a “Inteligencia Artificial”). Por otro, pone en evidencia los riesgos y oportunidades de que una economía pequeña y abierta dependa de ingresos volátiles ligados a tendencias tecnológicas.
De 48.000 a 870.000 dominios .ai… y en aumento
Las cifras ilustran la magnitud del salto:
2018: aproximadamente 48.000 dominios .ai.
2023: cerca de 354.000 (un +145 % interanual).
Hoy: alrededor de 870.000 dominios; con una media de 1.500 registros diarios, el millón estaría a poco más de un mes.
El efecto red es evidente: cada “unicornio” o lanzamiento con .ai refuerza la asociación IA ↔ .ai y atrae a startups, fondos y productos satélite. Además, se ha consolidado un mercado secundario más activo (compra-venta de nombres premium), que incrementa la demanda de estas URLs.
Un ingreso menor en IA, una gran fuente para Anguille
En Anguille, el .ai ha pasado de ser marginal a convertirse en una de las pilares fiscales del país:
2022: aproximadamente 7 millones de dólares por registros y renovaciones.
2023: cerca de 32 millones.
2024: estimados en 39 millones.
Proyección para 2025: unos 48 millones.
Según las autoridades locales, los ingresos generados por .ai pasaron de < 1 % del total antes del boom a, en 2023, un 25–27 %, con previsión de alcanzar un 47 % en 2025. Aunque estas cifras pueden parecer modestas a nivel global, para una isla de solo 96 km² resultan transformadoras. Sin embargo, el Gobierno mantiene la cautela: “no podemos basar toda la economía en esto”.
No es un caso aislado: cuando un ccTLD se convierte en marca global
Anguille no inventó esta estrategia. Tuvalu convirtió .tv en sinónimo de vídeo y streaming; .io (Territorio Británico del Océano Índico) se volvió un icono para desarrolladores por su asociación con input/output; .ly (Libia) se popularizó en nombres cortos y creativos; .me (Montenegro) se hizo famoso por las marcas personales; .gg (Isla Guernsey) domina en el sector de gaming; y .co (Colombia) seduce a startups por su parecido con .com.
La regla no escrita es que, si el ccTLD tiene un significado potente para una industria global, puede trascender su origen geográfico. No obstante, esta estrategia también aumenta la exposición a riesgos relacionados con cambios en ciclos, regulación o branding.
Tabla comparativa — ccTLD convertidos en “marcas” globales (por nivel de éxito actual)
Éxito combina popularidad, adopción fuera del territorio, valor de marca percibido y dinamismo del ecosistema. Las cifras se citan solo cuando existen datos públicos; en otros casos, se aportan criterios cualitativos para evitar inventar datos.
Dominio
Origen
Significado percibido fuera de su geografía
Éxito actual
Motivadores de adopción
Riesgos principales
Ejemplos destacados
.ai
Anguille
Artificial Intelligence
Muy alto
Marca relacionada con IA; disponibilidad; efecto red
Ciclo de la IA; dependencia fiscal; posibles cambios regulatorios
Perplexity.ai, x.ai, noticias.ai, google.ai; productos y laboratorios de IA
.tv
Tuvalu
Video/Streaming/OTT
Alto
Marca audiovisual; fácil recordación; acuerdos históricos
Dependencia de políticas de gestión; competencia con .com y .video
Medios, creadores, plataformas streaming
.io
Territorio Británico del Océano Índico
Tecnología / input-output / developer-centric
Alto
Cultura startup; SaaS, herramientas de desarrollo y gaming; nombres cortos
Cuestiones geopolíticas; saturación en ciertos nichos
Herramientas para desarrolladores, videojuegos indie, SaaS
.me
Montenegro
Identidad personal (“Yo”)
Medio-Alto
Marcas personales, portafolios, landing pages
Menor tracción B2B; canibalización con .com/.dev
Sitios personales, CVs y servicios enfocados en usuario
.gg
Guernsey
Good game (gaming)
Medio
Alta popularidad en eSports y comunidades gamer
Nicho competitivo; menor uso corporativo general
Equipos de eSports, foros y portales gamers
.co
Colombia
“Co” ~ compañía/comercio
Medio-Alto
Alternativa a .com; buena disponibilidad
Confusión de marca; posible fuga de SEO hacia .com
Startups, eCommerce, empresas emergentes
.ly
Libia
Nombres cortos y creativos
Medio
Acortadores; juegos de palabras
Riesgos regulatorios o políticos; políticas de contenido
Acortadores y nombres ficticios
¿Puede la burbuja del .ai estallar?
Como todo activo ligado a una ola tecnológica, sí. Tres factores a vigilar:
Elasticidad del gasto: en ajustes de mercado, se recortan carteras de dominios y proyectos con menor product-market fit.
Competencia por convenciones: si el mercado vira hacia dominios de marca, subdominios o nuevos TLD genéricos, el brillo del .ai podría disminuir.
Gobernanza y riesgos de abusos: el spam, phishing o disputas sin resolución adecuada erosionan la reputación del sufijo y desincentivan su uso corporativo.
Cómo proteger Anguille y otros ccTLDs “estrella”
Fondo de estabilización: reservar parte del superávit en un colchón anticíclico.
Políticas claras contra abusos y resolución de disputas, rápidas y transparentes.
Inversión en conectividad y recursos humanos locales para que los beneficios económicos se traduzcan en crecimiento real del PIB.
Diversificación: fomentar servicios complementarios (formación, emprendimiento digital, iniciativas locales de DNS y edge computing) sin caer en el monocultivo del registro.
Razones por las que .ai ha conquistado el “apellido” de la IA
Significado claro: solo dos letras, una idea concreta.
Mensaje al mercado: enfoca la atención en IA.
Mayor disponibilidad en comparación con .com para nombres memorables.
Inercia mediática: cada anuncio relevante con .ai refuerza el estándar de facto.
Mientras la IA siga industrializándose (transformaciones de demos a productos que generan ingresos), el .ai continuará capturando valor de marca. Si la tendencia se enfría, sobrevivirá donde aporte valor concreto (marcas consolidadas, proyectos con usuarios reales), como lo hizo .tv con el vídeo o .io en herramientas developer-first.
Conclusión
El .ai ha convertido a Anguille en un beneficiario inesperado de la década de la IA. Es una historia que combina semántica, oportunidad y prudencia: dos letras que valen millones para una isla pequeña, y una advertencia implícita sobre lo rápido que cambian las modas tecnológicas. Si Anguille logra fortalecer su gobernanza, diversificar su economía y apostar por capacidades locales, este golpe de suerte puede echar raíces más allá del hype.
Anguilla et le boom de l’IA : comment un ccTLD de 1995 est devenu la mine d’or (quasi) inattendue de l’IA
Treinta años después de que Anguille obtuviera por azar el dominio territorial .ai, la pequeña isla del Caribe vive un “Eldorado” digital impulsado por la fiebre de la inteligencia artificial. Lo que en 1995 comenzó como un simple ccTLD —similar a .es o .mx— hoy se ha convertido en un activo fiscal y de marca con alcance mundial: Perplexity.ai, x.ai, google.ai y miles de proyectos menores han adoptado estas dos letras como apodo oficial de la IA.
Este fenómeno resulta doblemente revelador. Por un lado, demuestra cómo la semántica de un dominio puede redefinir su demanda (de “Isla Anguille” a “Inteligencia Artificial”). Por otro, pone en evidencia los riesgos y oportunidades de que una economía pequeña y abierta dependa de ingresos volátiles ligados a tendencias tecnológicas.
De 48.000 a 870.000 dominios .ai… y en aumento
Las cifras ilustran la magnitud del salto:
El efecto red es evidente: cada “unicornio” o lanzamiento con .ai refuerza la asociación IA ↔ .ai y atrae a startups, fondos y productos satélite. Además, se ha consolidado un mercado secundario más activo (compra-venta de nombres premium), que incrementa la demanda de estas URLs.
Un ingreso menor en IA, una gran fuente para Anguille
En Anguille, el .ai ha pasado de ser marginal a convertirse en una de las pilares fiscales del país:
Según las autoridades locales, los ingresos generados por .ai pasaron de < 1 % del total antes del boom a, en 2023, un 25–27 %, con previsión de alcanzar un 47 % en 2025. Aunque estas cifras pueden parecer modestas a nivel global, para una isla de solo 96 km² resultan transformadoras. Sin embargo, el Gobierno mantiene la cautela: “no podemos basar toda la economía en esto”.
No es un caso aislado: cuando un ccTLD se convierte en marca global
Anguille no inventó esta estrategia. Tuvalu convirtió .tv en sinónimo de vídeo y streaming; .io (Territorio Británico del Océano Índico) se volvió un icono para desarrolladores por su asociación con input/output; .ly (Libia) se popularizó en nombres cortos y creativos; .me (Montenegro) se hizo famoso por las marcas personales; .gg (Isla Guernsey) domina en el sector de gaming; y .co (Colombia) seduce a startups por su parecido con .com.
La regla no escrita es que, si el ccTLD tiene un significado potente para una industria global, puede trascender su origen geográfico. No obstante, esta estrategia también aumenta la exposición a riesgos relacionados con cambios en ciclos, regulación o branding.
Tabla comparativa — ccTLD convertidos en “marcas” globales (por nivel de éxito actual)
¿Puede la burbuja del .ai estallar?
Como todo activo ligado a una ola tecnológica, sí. Tres factores a vigilar:
Cómo proteger Anguille y otros ccTLDs “estrella”
Razones por las que .ai ha conquistado el “apellido” de la IA
Mientras la IA siga industrializándose (transformaciones de demos a productos que generan ingresos), el .ai continuará capturando valor de marca. Si la tendencia se enfría, sobrevivirá donde aporte valor concreto (marcas consolidadas, proyectos con usuarios reales), como lo hizo .tv con el vídeo o .io en herramientas developer-first.
Conclusión
El .ai ha convertido a Anguille en un beneficiario inesperado de la década de la IA. Es una historia que combina semántica, oportunidad y prudencia: dos letras que valen millones para una isla pequeña, y una advertencia implícita sobre lo rápido que cambian las modas tecnológicas. Si Anguille logra fortalecer su gobernanza, diversificar su economía y apostar por capacidades locales, este golpe de suerte puede echar raíces más allá del hype.
vía: Dominios .AI
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