La inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser una promesa futurista para convertirse en el motor principal de la industria de los videojuegos. Según un estudio reciente realizado por Google Cloud y The Harris Poll, presentado en la conferencia devcom developer conference 2025, el 90 % de los desarrolladores ya utilizan IA en sus procesos de trabajo y el 97 % considera que esta tecnología está transformando el sector.
El informe, que entrevistó a 615 desarrolladores en Estados Unidos, Corea del Sur, Noruega, Finlandia y Suecia, revela que la IA ya no es solo un experimento en laboratorios de I+D, sino una herramienta que redefine tanto la producción de videojuegos como la experiencia del jugador. La automatización de tareas repetitivas, como pruebas de juego, localización y generación de código, es uno de los usos más extendidos, con un 95 % de los encuestados afirmando que reduce la carga de trabajo mecánico, permitiendo mayor enfoque en la innovación.
Además, el estudio muestra que la IA está influyendo en la fase creativa del desarrollo, con un 36 % de los desarrolladores que la emplean en diseño dinámico de niveles, animaciones avanzadas y diálogos. Esto ha abierto la puerta a nuevas mecánicas de juego (93 %) y a la creación de géneros completamente nuevos (92 %). Jack Buser, director global de videojuegos en Google Cloud, afirmó que la IA está en realidad redefiniendo la forma en que se crean y se juegan los títulos, con juegos más vivos y personajes no jugables que aprenden de los jugadores.
Por otro lado, el 89 % de los desarrolladores percibe cambios en las expectativas de los usuarios, quienes demandan mundos virtuales más dinámicos y NPCs más inteligentes capaces de adaptarse en tiempo real. Algunas compañías experimentan con NPCs que aprenden de las interacciones o mundos generados proceduralmente que varían en cada partida, para potenciar la narrativa y la rejugabilidad.
La incorporación de agentes de IA también está en aumento: un 44 % los utilizan para optimizar contenidos, un 38 % para ajustar dinamicamente la dificultad del juego, y un 37 % en la generación automática de mundos y moderación de comunidades en línea. Sin embargo, la democratización del uso de IA enfrenta obstáculos significativos, como los altos costes de integración, la necesidad de capacitación del personal y dificultades para evaluar el retorno de inversión.
Preocupa especialmente el debate sobre propiedad intelectual y privacidad, con un 63 % de los desarrolladores que manifiestan incertidumbre sobre la autoría de los contenidos generados por IA y un 35 % que muestra preocupación por la protección de datos de los jugadores.
El crecimiento de la IA en los videojuegos también coincide con advertencias sobre una posible burbuja tecnológica. La creciente inversión en infraestructura, servidores y hardware para entrenar modelos complejos está generando un aumento de costos. Los analistas advierten que esta carrera puede favorecer a los grandes estudios con recursos financieros suficientes, dejando atrás a pequeños y medianos desarrolladores y concentrando poder en pocas empresas.
Para abordar estos desafíos, muchas compañías están adoptando estrategias responsables, como iniciar proyectos piloto, alinear el uso de IA con su visión creativa, invertir en formación y definir métricas claras para evaluar su impacto. La tendencia indica que la IA será una parte integral del futuro del sector, siempre que su implementación sea equilibrada, ética y centrada en la innovación.
En resumen, la Inteligencia Artificial está revolucionando la industria del videojuego, ofreciendo nuevas oportunidades pero también conlleva retos que deben enfrentarse para que su integración sea beneficiosa para todos los actores del sector.